CAÍN

Esta noche Caín no matará a su hermano
pero será marcado por los hombres de Dios,
se tragará su odio y no alzará la mano
contra Abel, el más noble y el mejor de los dos.

Es grande ser honrado y generoso y puro,
pero es más grande serlo y parecer ruin
allá donde los fieles juzgan con gesto duro
y los ojos más sucios que el alma de Caín.

Esta noche la envidia ha sido derrotada
y hay un Dios vengativo que comienza a expirar,
¿por qué poner un crimen allí donde no hay nada
más que hombres que en fondo necesitan odiar?

Jesús María Bustelo Acevedo