VIVIR EN MAGUFOLANDIA
Vivir en Magufolandia
me produce desparpajo,
pues permite que el badajo
alcance al vuelo del grajo
dando sombra a toda Islandia.
Y al soldado del sistema
que me dice: ¡be... be... be...!
yo le endiño mi abecé
disfrazado de poema.
¡Cosas de la ociosidad
que los milagros produce
y al borrego que se cruce
lo parte por la mitad!
Y una vez partida en dos
esa cabeza tan lerda,
se va a la mierda la mierda
cuando se le dice adiós.
Que a Dios pongo por testigo
que jamás hallé magufo
con tanto serrín y tufo
como el cerebro que digo.
Y esto son tan sólo chistes
que el capricho versifica
y al mundano mortifica...
¡mas hay cosas que son tristes!
Porque a esos soldados viles
perdono afrentas y cuentos,
mas no que maten a miles
de pobres sin alimentos
probando medicamentos
en crímenes mercantiles.
Jesús María Bustelo Acevedo
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