LOS BESOS DE JUDAS
¡Qué asco que dan los besos!
Microbios asquerosísimos
que emergiendo de otros cuerpos
invaden el tuyo mismo,
a veces por las mejillas,
y en otras por esos sitios
de donde salen palabras
y entran repugnantes bichos
porque ajenas lenguas donan
sus sucios microorganismos...
Lenguas que lamen traseros,
o los zapatos de ricos
que de rico tienen poco
y de asquerosos muchísimo...
¡A todos yo los mataba!
¡Qué asco que dan, Dios mío!
Jesús María Bustelo Acevedo
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