¡Los toreros, muertos!

¡LOS TOREROS, MUERTOS!

¡Los toreros, muertos!
¡Muertos para siempre!
Y que en el olvido
disfruten la muerte
que tanto celebran
sobre el inocente.

¡Los toreros, muertos!
¡Para siempre!; para
que jamás castiguen
con sus estocadas,
mueran de pacífica
y mortal cornada.

¡Los toreros! Sí,
que se mueran todos
los que nos torturan
sin culpa y con gozo...
¡Mueran los toreros
y vivan los toros!

Jesús María Bustelo Acevedo