Los Puercos

LOS PUERCOS

¿Qué culpa tienen los puercos
de que los sucios humanos
no se laven bien las manos,
sean ordinarios o tercos?

¿Qué culpa el buen animal,
que es limpio como el paisaje
viviendo libre y salvaje,
tendrá del que no es su mal?

En las cotidianidades
de su entorno nada ensucia,
mas quien presume de astucia
inventó las suciedades.

Sólo en la granja hay marranos
que ceden al desaseo,
consecuencia, según veo,
de vivir con los humanos.

Jesús María Bustelo Acevedo

Jesucristo charlaba con Saturno

JESUCRISTO CHARLABA CON SATURNO

Jesucristo charlaba con Saturno,
compartiendo una tarde en la taberna
donde acuden los dioses
esos días de fiesta.

"Tú que tienes, Saturno, tanto tiempo,
y con él alimentas
esas almas ansiosas e insaciables
que viven en la Tierra,

respóndeme, si puedes,
¿qué puedo hacer con toda esa miseria
para en sus almas graves
dejarles fértil mi verdad eterna?"

"El tiempo es un demonio", dijo el monstruo,
"y nada ha de pescar con tus problemas;
y Dios, que es amoroso contratiempo,
es tan sólo quien tiene la red puesta."

"Ajá, tienes humor,
y quien lo tiene acierta;
apura bien tu caña, viejo amigo,
que con la mía seguiré mi pesca."

Jesús María Bustelo Acevedo

Hay quien

HAY QUIEN

Hay quien se compra su Marca
y se olvida que la Parca
viene pronto;

Empero, todo valiente
que siempre la ve presente,
es que es tonto.

Hay quien desprecia la prisa
y tumbado supervisa
las estrellas.

Y hay quien huye de la calma
y se ensucia toda el alma
con sus huellas.

Hay quien, siendo torpe y feo,
siempre está de cachondeo
y disfruta.

Y hay quien, serio y con buen gusto,
ante un mundo tan injusto
ni se inmuta.

No juzguemos con premura,
venerando la locura
y el dolor,

Que no teme ningún karma
el que juzga con el arma
del amor.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Los toreros, muertos!

¡LOS TOREROS, MUERTOS!

¡Los toreros, muertos!
¡Muertos para siempre!
Y que en el olvido
disfruten la muerte
que tanto celebran
sobre el inocente.

¡Los toreros, muertos!
¡Para siempre!; para
que jamás castiguen
con sus estocadas,
mueran de pacífica
y mortal cornada.

¡Los toreros! Sí,
que se mueran todos
los que nos torturan
sin culpa y con gozo...
¡Mueran los toreros
y vivan los toros!

Jesús María Bustelo Acevedo

Platillos Volantes

PLATILLOS VOLANTES

Los extraterrestres nos llaman,
porque somos del Infinito,
y volamos a las alturas
donde está tan sólo el Espíritu
del Amor, perenne y auténtico.
Los extraterrestres, los mismos
que en aquel pasado remoto
nos mandaran al Jesucristo
que unos ignorantes terrícolas
clavaron en un crucifijo.
Los extraterrestres nos llaman,
pero nuestros cuerpos malditos
no pueden alzarse hacia aquello
que es eterno, plácido y psíquico...
¡Los extraterrestres nos piden
que volvamos al Paraíso!

Jesús María Bustelo Acevedo

La Ciencia de la Fe

LA CIENCIA DE LA FE

Paciencia la de la Fe,
e infinita vocación
que nace del corazón
y a los ojos no se ve.

Paciencia la de la Paz,
la esperanza y la sonrisa
que por nada tiene prisa
y de todo es capataz.

Paciencia con frenesí
la del espíritu puro,
que en el jardín de Epicuro
deja lo mejor de sí.

La ciencia de la ilusión
que en su límpida inocencia
ofrenda el Amor, la ciencia
más grande del corazón.

Jesús María Bustelo Acevedo

Currículum en Verso





CURRÍCULUM EN VERSO

Aquí empiezo el Currículum Vitae
en verso; ya veremos si me trae
un puesto de trabajo
que no sea el de vivir, que ya me trajo
mi nacimiento en el 67.
Yo era un chiquillo fuerte y regordete,
vástago de Jesús y de Rosario
que vio la luz en el trimilenario
emporio gaditano
un cálido domingo de verano.
Gocé del privilegio
de estudiar y aprender en el colegio
inglés, dibujo, lengua y matemática
en la incipiente España democrática.
Un par de años se pasó el chaval
estudiando la ciencia del metal
junto a la fresadora y junto al torno,
aunque un diploma no logré en retorno.
¡Tan sólo logré un diez
jugando al ajedrez!
En fin, tras cien mil vueltas llegó el turno
de intentar el llamado B.U.P. nocturno,
mas yo sólo aprendía
la magia de la buena poesía
con Nervo, con Machado, con Rubén
y con las Musas mágicas también.
Y justo estando yo dándole al boli,
me vino hacer la mili, y fue de poli.
Acabado el servicio
(entonces obligado sacrificio),
me puse bien contento
al colocarme en un aparcamiento.
Allí estuve de guarda y cobrador
atendiendo al cliente y conductor
un año y otro año y otro año...
¡No fueron malos tiempos los de antaño!
Mas raudo terminó mi regocijo
cuando me echaron por no hacerme fijo...
En fin, cogí el abrigo y la bufanda
y me monté en un vuelo para Holanda
con más sueños que pasta en los bolsillos...
En una factoría de ladrillos
estuve trabajando doce meses,
mas otros sueños y otros intereses
le cambiaron el sino a mi bufanda
y con ella me fui volando a Irlanda.
No hallé muchas ofertas
y trabajé en la fábrica de puertas
llamada Camden Group algunos meses
conociendo dos tipos de irlandeses:
protestante y católico... ¡La sierpe
separa allí lo mucho que une Euterpe!
Después me fui a Inglaterra,
que quien viaja en la vida nunca yerra.
Una de esas agencias temporales
me contrataron junto a más chavales
de España y Portugal...
En fin, no me fue mal,
y, amén de sueldo, como beneficio
supe algo del sector alimenticio...
Pero el hado cambió y con mi bufanda
volando fui de nuevo para Holanda.
Dejé a un lado lo místico
y trabajé en el ámbito logístico
cargando y descargando
camiones y también escaneando.
A los tres años regresé a mi España
y trabajo encontré (¡lo que aún me extraña!)
de auxiliar, vigilando
una obra que había en San Fernando.
Mas me va la aventura
y otro reto acepté: Portaventura;
aunque allí no gané mucho dinero,
el oficio aprendí de camarero
y un poco el catalán, que nunca es mengua
conocer otra lengua...
Pondré punto y aparte a este currículo
que tal vez pueda parecer ridículo
por eso de la rima,
mas si el lector se anima
y algún puesto me da en su compañía,
¡no será inútil esta poesía!
¡Y que Dios se lo pague con salud
y yo con gratitud!

Jesús María Bustelo Acevedo

Monje Malo

MONJE MALO

Hasta nunca, monje malo,
que idolatras el dolor,
y la vida es un regalo
al que tú no das valor.

Hasta nunca, monje necio,
que veneras el cilicio,
exhibiendo en el desprecio
de tu cuerpo el mayor vicio.

Hasta nunca, monje oscuro,
que te asustas del color
y te escondes tras un muro
del placer y del amor.

Hasta nunca, monje, que en
tu prisión hueca y sombría
siempre ignoras que el Edén
del Señor es la Alegría.

La alegría, los placeres
y el instinto creador
que a los hombres y mujeres
se nos diera con amor.

Jesús María Bustelo Acevedo

La Gula

LA GULA

Comida, ¡qué asco!
Montones de vísceras
que van por tu esófago.

Cadáveres fétidos
que se presuponen
dar vida a tu cuerpo.

Y que, inanimados,
podridos, corruptos,
los vas masticando.

¡Son muerte, son muerte!,
¡y cuando los comes
en ella te vuelves!

Jesús María Bustelo Acevedo

La cruz simboliza al ego

LA CRUZ SIMBOLIZA AL EGO

Esa figura
crucificada
es el diablo
de la locura
que nada cura...
¡Sé lo que hablo!

Y los que besan
clavos y espinas
están posesos;
son como Judas
que esconden dudas
en falsos besos.

El populacho
que así lo adora
es su enemigo
que ver implora
que sufre y llora...
¡Sé lo que digo!

Porque un hermano
nunca recuerda
muerte y dolor,
mas velo sano
y ase su mano
con gran amor.

Jesús María Bustelo Acevedo

El Amigo del Hombre

EL AMIGO DEL HOMBRE

Le quitaron la correa,
lo sacaron de paseo,
lo metieron en un coche,
lo arrancaron y se fueron.
El mimado de la casa,
con su piel de terciopelo,
más tranquilo que una estatua,
pero fiel como Canelo,
"¿dónde vamos?", se decía
en su lenguaje de perro,
"si el sol duerme todavía
y todo se ve tan negro..."
Y, de repente, el vacío,
y un gran golpe contra el suelo...
¡Mejor amigo del hombre,
qué caro te costó serlo!

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Ya estoy yo en el sobre!

¡YA ESTOY YO EN EL SOBRE!

Que sepa todo pepero
cuando cobre lo que cobre,
que atrinque corriendo el sobre
pero no cuente el dinero.

Para contar, nuestros cuentos
satisfacen al votante,
que a nosotros el contante
ya nos tiene bien contentos.

Alguna equivocación
no debe tomarse a mal,
y en el fondo es casi igual
corrección y corrupción.

Que no se diga que peca
quien un par de letras mude,
aunque a la calle te mude
alguna de tu hipoteca.

Y hay quien se queja por vicio,
ignorando, por demás,
que en ser vuestro mandamás
debe haber un beneficio.

Jesús María Bustelo Acevedo

Tierra Santa

TIERRA SANTA

Tierra santa de Cádiz, tierra santa,
la Caleta, la luz, la Catedral,
y esa Meca del Falla donde canta
la voz del Carnaval.

Tierra santa de Cádiz, que es mi tierra,
mi pasión, mi verdad y milenaria,
vórtice de inventiva extraordinaria
que todo esplín entierra.

Tierra santa y perenne y milagrosa,
mitad fe, mitad sol y mi Tacita,
y en verdad tan graciosa
que esa pena que es falsa te la quita.

Jesús María Bustelo Acevedo

Ser español no es una excusa

SER ESPAÑOL NO ES UNA EXCUSA

"Ser español no es una excusa,
sino responsabilidad"...
¡La plebe está patidifusa
ante esa gran vulgaridad!

Pero lo cierto es que es un lema
con un significado elástico,
que ante esta España y su problema
nos da otra España que es de plástico.

Esta es la España del Gasol,
que es un  señor que vive en U.S.A.,
la que hoy entona, cara al sol:
¡ser español no es una excusa!

Da igual si estamos en pelotas
y el viejo hogar se nos subasta,
¡nos quedarán grandes patriotas
que le darán a la canasta!

Jesús María Bustelo Acevedo

Bahrein 2013

BAHREIN 2013

Allá en Bahrein un responso
suena por la libertad...
pero si ganara Alonso,
¡qué más da!

El pueblo sigue luchando
contra toda oposición,
mas, ¡qué importa si Fernando
es el mejor!

No tendrán sitio en la historia
la valiente multitud,
¡solamente otra victoria
del astur!

Jesús María Bustelo Acevedo

Murió San Pedro

MURIÓ SAN PEDRO

Si es que se murió San Pedro,
¿quién hereda el Vaticano?
¡Ya me veo nuevamente
pelearse a los hermanos
por la herencia! ¡Vanidades
de la vida!, dijo el sabio...
Pero las llaves del Reino
que en las almas albergamos
por la Voluntad de Dios
siguen siempre en nuestras manos,
que la entrada al Paraíso
no está en lujosos palacios.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Por fin tenemos papa!

¡POR FIN TENEMOS PAPA!

¡Gracias a Dios! ¡Por fin tenemos papa!,
que aunque sólo una papa conseguimos,
hambrientos, con amor la compartimos
papá, el nene y mamá, que es la más guapa.

Con agüita la papa es una sopa;
¿qué nos importa el hambre cuando amamos
y los besos y abrazos que nos damos
llenan de gratitud toda la tropa?

Todo un festín en una sola tapa
y una tarta nupcial en un pestiño
siempre se encuentra allí donde hay cariño...
¡Gracias a Dios! ¡Por fin tenemos papa!

Jesús María Bustelo Acevedo

Manifiesto por una nueva España

MANIFIESTO POR UNA NUEVA ESPAÑA

Manifiesto por una nueva España,
porque necesitamos un estado
nuevo y distinto de ese que ha juzgado
que en la vieja ya somos gente extraña.

El toro, el crucifijo y la patraña
del que añora un ayer finiquitado,
se los pueden quedar quienes con saña
harán su porvenir con su pasado.

La España que yo quiero es infinita
y no puede acotarla en sus fronteras
quien a sí mismo en su rencor limita,

y entre cilicios, cuernos y banderas
y siempre cara al sol, ni al sol le quita
luz que ilumine sus entendederas.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Qué grande es España!

¡QUÉ GRANDE ES ESPAÑA!

¡Qué grande es España, qué grande!,
para todo aquel que la tenga
o el que no la tenga y se venga
y a todas sus sendas las ande.

¡Qué grande es España! Galicia,
con ese misterio tan hondo
que llega del alma hasta el fondo
como una perenne caricia.

¡Asturias! Que calle o que hable
quien goce en sus cumbres eternas,
y clave en las suyas, internas,
la cruz de su biblia y su bable.

Ornada del tenue chubasco
o el pálido sol donostiarra
y siempre abrazado a Navarra
se ve el pueblo mítico vasco.

Y al norte a la diestra, la hermana
de gente sencilla y valiente,
tan plácida e independiente
cual la brava mar catalana.

¡Qué primaveral la presencia
perenne y perenne la playa
de aquella que nunca nos falla
por su gran valía, Valencia!

Bañada de luz y de trova
sabrosa se muestra Natura,
cual toda la huerta asegura
en torno a la Cartago Nova.

Que no se me olvide el pilar
de nuestra preciada nación,
la maña de España, Aragón,
que nadie podrá derrumbar.

El alma, ni extrema ni dura,
del conquistador extremeño
conquista la nuestra en su empeño
con su sobriedad y ternura.

¡Qué importa el pasado y la gloria
allá donde Bécquer, Machado
y todos los que la han amado
hallaron la paz que da Soria!

Antes que me llegue la muerte
y el río en su mar se recoja,
amén de beberte, Rioja,
de verte quisiera la suerte.

¿La suerte? No creo en ninguna,
que no inventa reyes ni parias;
tan sólo en las Islas Canarias
se puede encontrar la fortuna.

¡Que viva la gracia, el salero
y el duende del pueblo andaluz,
que lleva en sus ojos la luz
del alma dichosa!, ¡te quiero!

¡Oh España de Sancho y Quijote
que vence al titán hasta en sueños,
no logran los torpes empeños
ni en ellos que se te derrote!

La España del Sol y del Cid
que bate a la muerte en su duelo
y abraza triunfante ese Cielo
que siempre comienza en Madrid.

Un Cielo sublime que expande
mi España sin celos patriotas,
sin rosas ni azules gaviotas...
¡Qué grande es España, qué grande!

Jesús María Bustelo Acevedo