POEMA A MI EGO
¡Qué bonito que es mi Ego,
con sus manitas tan monas,
sus poderosas neuronas
y la boquita de fuego!
¡Esa lengua tan fogosa
donde cada fresca idea
de mi cerebro alardea
más calida y amorosa!
Y sus orejas, canales
donde pasa lo invisible
y lo vuelve comprensible,
porque estoy en mis cabales.
¡Qué bonito que es mi Ego
cuyo destino se trunca!,
y yo le digo "¡hasta nunca!"...
y él me responde "¡hasta luego!"
Jesús María Bustelo Acevedo
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